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Foto del escritorIglesia de Dios En Elizabeth NJ

Clamando a Dios en mi enfermedad

         Lección 08

                                         

 

Verso de Memoria: “Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.” Salmo 103:3-5

 

Lectura Bíblica: Salmo 6: 1-10

 

Propósito: Comprender que en los momentos difíciles de enfermedad, El Dios Eterno nunca nos dejará solos.

 

Desarrollo de la Lección: Una de las situaciones más tristes en nosotros es; la enfermedad, millones de personas sufren de diferentes enfermedades, unas son leves y pasajeras, otras se quedarán por más tiempo en el paciente. hay otras enfermedades que son terminales, simplemente no tienen cura. Estoy seguro de que muchos hermanos y hermanas han pasado momentos de enfermedad, y en algunos la mano de Dios ha obrado, ellos pueden dar testimonio de como Dios los sano, cuando oramos con fe en el nombre de Jesús, Dios se conmueve de nosotros y actúa con su gracia y misericordia.

Dios el Padre es nuestro doctor por excelencia a él clamo el rey David cuando estuvo enfermo, en el salmo 6 David expresa abiertamente que está enfermo, y pide a Dios, que no lo reprenda en su enojo, que no lo castique con su ira, luego le pide: Ten misericordia de mi porque estoy enfermo. El pide a Dios que lo sane porque sus huesos se estremecen. David le dice a Dios, que su alma esta turbada, preguntándole y tu: ¿hasta cuándo?… me ayudarás, ¿hasta cuándo?... Me sanarás…

 

David estaba tan enfermo, que en los versos 6-7 expresa que se ha consumido a fuerza de su gemir, todas la noches inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir; se han envejecido a causa de todos mis angustiadores. Al analizar estos versos nos damos cuenta de que el rey David estaba en serios problemas, su condición era de tristeza, estaba en aflicción, en angustia, con dolor, se sentía resentido y envejecido a causa de sus angustiadores. No sé si alguno de nosotros ha experimentado este extremo sufrimiento del rey David. No sabemos si las palabras de David para Dios cuando le dice: NO me reprendas en tu enojo, ni me castigues con tu ira, era porque él creía que Dios lo estaba castigando por los pecados cometidos contra Berseba y su Esposo. Muchas veces relacionamos nuestros pecadoscon nuestras enfermedades o problemas económicos. Bíblicamente, Si ha habido muchas ocasiones donde Dios castiga a su pueblo, a sus hijos e hijas por su pecado, por su desvío, por su desobediencia. Pero también debemos analizar qué, si la enfermedad que tenemos es; porque hemos llevado una vida desordenada en cuanto malos hábitos alimenticios, por no dormir lo suficiente, por falta de ejercicios, por comer comida chatarra, por no beber agua suficiente, etc.

 

Ahora bien: ¿Cómo entender este sufrimiento por el cual paso David?  Y de la forma que debemos entenderlo es; que todos de una manera u otra nos vamos a enfermar, ya que está escrito, que somos polvo y al polvo regresaremos. Nosotros somos seres mortales, y para eso vino el Hijo de Dios para ofrecernos; perdón de pecados y vida eterna. Solo así desaparecerán todas nuestras enfermedades, dolores, sufrimientos, llanto y angustia, cuando Jesús nos transforme en seres inmortales. El rey David sabía que solo en el Padre celestial podría encontrar la solución a su enfermedad. Por eso; él quiere entender, si Dios lo está castigando por sus pecados, y si es por eso: entonces lo primero que hace es: pedir perdón, y clama por misericordia y gracia. A la vez le pide, no me castigues con tu ira, ten misericordia de mí, mira que estoy enfermo, no me castigues más, mira que soy tu siervo, ten piedad de mí.  Esta es la manera correcta de venir delante de Dios el Padre, humillados, reconociendo nuestros pecados, nuestras equivocaciones, nuestros errores, pidiendo clemencia, gracia y misericordia, acudiendo ante el trono de su gracia, en el nombre de Cristo Jesús su Hijo amado.

 

Hermanos y hermanas por muy turbados que estemos debemos pedir a Dios misericordia, digámosle: Por la multitud de tus misericordias, ten piedad de mi en el nombre de tu Hijo Jesucristo. Y luego: Esperemos en él. Si hemos sentido que nos consumimos por nuestro dolor, por nuestra enfermedad, él Dios Eterno es más grande que nuestra enfermedad. Él es; Él Todopoderoso, él aun hace milagros. Él nos formó en el vientre de nuestras madres, solo supliquemos clemencia, que pase su mano de sanidad sobre nuestro cuerpo, pacientemente esperemos su gracia, y misericordia. El rey David fue sanado de su enfermedad y glorificó a Dios por ello. En el verso 5  David escribió: Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el seol, ¿Quién te alabara?.  En Lucas 17:3 se nos dice que Jesús sanó a 10 leprosos, pero solo uno cuando se dio cuenta que había sido sanado regreso a darle gracias. Yo espero que nosotros siempre demos gracias a Dios, no importa si nuestra enfermedad es leve o es terminal, nuestro agradecimiento al Eterno debe ser en todo tiempo. Si estas enfermo (a) y no has encontrado sanidad, solo puedo exhortarte a que no te canses de clamar por gracia y misericordia al Dios Eterno. Él es justo, amoroso, misericordioso y lo mejor de todo que aun hace milagros. Un día el hará justicia contigo, porque él es Justo. Tengamos fe, Él Dios Eterno tocará nuestro ser, y nos sanará. La fe mueve montañas, la fe también mueve el corazón de Dios, una fe plena en Dios es capaz de transformar nuestra angustia en alegría y gozo, solo tengamos fe, y sepamos esperar en Dios. Jesús sanó a muchos enfermos e hizo muchos milagros, una mujer que padecía flujo de sangre por 12 años Lucas 8:43. Otra mujer con espíritu de enfermedad, vivía encorvada 18 años, Lucas 13:11. Un hombre en el estanque de Bethesda, tenía 38 años de estar enfermo Juan 5:5-9. Esperemos en Dios con fe y mucha paciencia, si ellos pudieron; nosotros también.

 

Nota: favor de agregar una cita bíblica a su respuesta.

Preguntas para estudio y enseñanza:

1.  Según Lucas 18:1-8 ¿Cuánto tiempo debemos llevar nuestra petición a Dios?

2. ¿Cuál es el factor principal para que nuestras oraciones sean contestadas?

3.¿Que aprendemos de la situación del rey David en su enfermedad?

4.¿Se podrá olvidar Dios de la petición de sus hijos?

 

5. ¿Como debemos actuar al ver que hemos sido sanados?

 

Conclusión: Que difícil es estar enfermo y no tener respuesta de Dios, nuestra exhortación es: A no desmayar, David fue sanado, él rey reviso su pasado, y pidió a Dios misericordia, se humilló y esperó en Jehová. Así también hagamos todos aquellos que estamos enfermos y aún no hemos sido sanados por el Eterno. Su gracia y misericordia sea con nosotros, no desmayemos. Paz a vosotros.

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