Lección 07
Verso de Memoria: “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces, y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!. Marcos 10:47
Lectura Bíblica: Marcos 10:46-52
Propósito: Aprender que es necesario tener una fe plena para con Jesús el Hijo de Dios, y seguirle todos nuestros días sin cesar.
Desarrollo de la Lección: Cuando Jesús iba saliendo de Jericó junto a sus discípulos y una gran multitud, allí estaba el ciego Bartimeo hijo de Timeo, sentado junto al camino mendigando. Cuando este oye que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!. Bartimeo tenía la convicción que Jesús era el mesías, el Hijo del Altísimo, por eso exclamó con todas sus fuerzas, ten misericordia de mí. Todo aquel que aún no ha sido bautizado en el nombre de Jesús de Nazaret, Bartimeo el ciego, le da una lección de confianza, y convicción. Este hombre no dudo en llamar a Jesús, no podía verlo, pero eso no fue impedimento para buscar un milagro en su vida. Bartimeo sabía que si en verdad era Jesús, él Hijo de David, podía hacer que él viera. Que ironía, mientras el pueblo de Israel cegó sus ojos para no reconocer a Jesús, este ciego percibió con toda claridad que era él Mesías.
Muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más; ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!. Entonces Jesús deteniéndose mando llamarle. Siendo ciego Bartimeo no pudo ver las obras que Jesús había hecho, pero por las noticias que había recibido; le eran suficientes para convencerse que Jesús era él Mesías. Nosotros también hoy creemos por fe en él Hijo de Dios, no lo vimos, más por fe creemos que vino a este mundo, nacido de mujer, se hizo humano, se despojó de sí mismo, fue a la muerte y muerte de cruz, pagando el precio por nuestros pecados, por su sacrificio en la cruz nos trajo de regreso al seno de su Padre Celestial. Millones de personas han querido venir a Cristo Jesús, pero han tenido impedimento para acercarse a él. La multitud quiso impedir que el ciego Bartimeo se callara, pero él no se dejó, él grito más fuerte, hasta que Jesús lo escucho. Nuestra exhortación es: No permitamos que nadie nos estorbe, que nadie impida venir a Cristo Jesús, luchemos por nuestra salvación así como lo hizo Bartimeo.
Cuando Bartimeo escucha que los hombres le dicen: Ten confianza; levántate, te llama. Él se levantó, arrojando su capa, vino a Jesús. Así también cada uno de nosotros debe de imitar esta disposición, aun sabiendo que no podía ver no tuvo miedo de venir a Jesús, esa fe, esa confianza es digna de ser imitada. Hoy en día, muchas personas escuchan el evangelio; pero dicen: "ahora soy muy joven, después que me case, después de terminar mis estudios universitarios, cuando me den libre el día sábado en mi trabajo, cuando esté a punto de morirme ya le entregaré mi vida al Señor. Esta actitud demuestra dos cosas: por un lado, un grado elevado de insensatez, puesto que nadie sabe el momento de su muerte. Y por otro, que no aman a Jesús, ni su salvación. Ya que de otro modo, no dejarían pasar ni un instante antes de entregarle su vida. Pero el ciego Bartimeo no era así. Un detalle muy interesante es que el ciego "arrojó su capa". No debemos olvidar que para un mendigo como él esto era muy significativo, puesto que sería lo único que tenía. De alguna manera podríamos decir que para él la capa era tan valiosa como las fincas o las casas que el joven rico pudiera tener. Pero la diferencia entre ambos fue que Bartimeo no dudó ni por un momento en deshacerse de ella con tal de poder llegar hasta Jesús. Nosotros también debemos librarnos de todo aquello, que nos pueda ser un obstáculo para atender el llamamiento del Señor. (Hebreos 12:1)
Ahora Bartimeo estaba frente a Jesús, y el Maestro le dice: ¿Qué quieres que te haga? Y Bartimeo le dijo: Maestro, que recobre la vista. Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado, y en seguida recobro la vista, y le seguía a Jesús en el camino. Millones de personas se acercan a Jesús necesitados, ¿pero qué pasa? Una vez siendo ayudados por Jesús, le abandonan. Este ciego no, él le seguía por el camino. Bartimeo creyó en Jesús, anduvo por fe y no por vista. (2 Corintios 5:7) Así somos llamados todos nosotros hoy en día, creamos y andemos por fe, no por vista, imitemos la fe del ciego Bartimeo. Ahora Bartimeo podía ver y siguió reconociendo a Jesús como su rey, como el Mesías, como el Hijo de David. Bartimeo glorificó a Dios el Padre por su sanación en manos de su Hijo. Bartimeo se sentía profundamente agradecido. No era ese tipo de personas que una vez que reciben de Dios lo que desean ya no se acuerdan más de él. ¡De ninguna manera iba a dejar a su bendito benefactor!, así que se unió a él, en el camino que le llevaba a Jerusalén. Que hermoso es saber que adoramos al Hijo de Dios, ese siervo sufriente; "El Hijo del Hombre” que no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45).
Nota: favor de agregar una cita bíblica a su respuesta.
Preguntas para estudio y enseñanza:
1 ¿Quién era el Padre de Bartimeo?
2. ¿Cómo manifestó Bartimeo su fe en Jesús?
3.¿Cómo se comportó la multitud al escuchar a Bartimeo que daba voces a Jesús?
4.¿Por qué Jesús pregunto a Bartimeo; Qué quieres que te haga?
5. ¿En qué aspectos cambió la vida de Bartimeo después de su encuentro con Jesús?
Conclusión: Que hermoso ejemplo nos dio Bartimeo, un ciego que camino por fe, no por vista. Si hasta hoy hemos camino por vista, la invitación es a que aprendamos a caminar por fe, No por vista. Reconociendo la necesidad del Hijo de Dios en nuestras vidas, y sobre todo; que lo reconozcamos como nuestro Salvador. Paz a vosotros.
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