Lo que la palabra de Dios nos enseña con respecto a la creación del ser humano es lo siguiente:
A. El ser humano fue formado del polvo de la tierra. B. El ser humano fue hecho a imagen y semejanza de Dios. C. El hombre fue puesto en el Edén para administrar la creación. D. El hombre fue hecho menor que los ángeles.
El Ser Humano Fue Formado del Polvo de la Tierra
Después de haber creado los cielos y la tierra, como se relata en Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra…”, Dios puso su atención en el planeta en que vivimos. Lo acondicionó como hogar para el ser que más tarde habría de crear y que llamó “el hombre”. Este hombre fue creado del polvo de la tierra: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente…” (Génesis 2:7).
Este verso Bíblico nos confirma que nuestra procedencia es del polvo de la tierra y que lo que nos dio vida fue el aliento de vida (o espíritu de vida) que Jehová Dios sopló sobre el primer ser viviente llamado Adán. Por eso el escritor de Eclesiastés 12:7 nos dice: “Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.” Esta es una gran realidad en nuestras vidas, ya que los cementerios están llenos de personas que mueren diariamente alrededor del mundo.
El Ser Humano Fue Hecho a Imagen y Semejanza de Dios
Dios es el Creador, nosotros somos su máxima creación: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;... Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó…” (Génesis 1:26-27).
Es precioso saber que Dios nos creó conforme a su imagen y semejanza. Cuando nos referimos a imagen y semejanza, estos términos indican que Dios es amor, y nosotros también sentimos amor por los demás. Dios es misericordioso, y nosotros también sentimos compasión y misericordia por los demás. Aquí encontramos la semejanza a Dios.
En cuanto a la imagen de Dios en el ser humano, Juan 4:24 dice: “Dios es Espíritu, y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Desde Adán hasta todos nosotros somos polvo, pero Dios es Espíritu. Entonces, ¿dónde está la imagen de Dios en nosotros? En que el ser humano es un ser que puede razonar sobre lo bueno y lo malo, entre lo santo y lo profano. El hombre es el único ser entre toda la creación que Dios dotó de libre albedrío. Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, la imagen y semejanza fueron desfiguradas. Por eso Romanos 5:12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Dios hizo al hombre recto, pero Eclesiastés 7:29 añade: “He aquí, solamente esto he hallado, que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.” Aquí se degradó el ser humano cuando buscó sus propias perversiones y se alejó de su Creador.
El Hombre Fue Puesto en el Edén para Administrar la Creación
Génesis 1:28 dice: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” Nosotros somos mayordomos o administradores de la creación de Dios. ¿Qué es administrar? Es cuidar celosamente los bienes ajenos que se han puesto bajo nuestra responsabilidad y cuidado. Para esto se requiere, según 1 Corintios 4:2: “Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel.” Aquí fue donde fallaron Adán y Eva, así como también nosotros hemos fallado. La creación que Dios nos dejó para cuidar y administrar gime hoy día esperando su redención. Romanos 8:20-22 dice: “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza, porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora.” La tierra se ha corrompido y está gimiendo por culpa de todos nosotros, ya que no la hemos cuidado. ¿Qué podemos hacer? Cada persona debe hacer su parte: reciclemos, limpiemos nuestro entorno, compremos solo lo necesario y reduzcamos la basura.
El Hombre Hecho Menor que los Ángeles
David es el escritor del Salmo 8, y en los versos 4-6 expresa: “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies.” Es precioso saber que, como creación de Dios, somos importantes para Él. Dios se ensució las manos cuando nos formó del polvo de la tierra, y luego se acercó y sopló aliento de vida en la nariz de Adán, creando un ser un poco menor que sus ángeles. Realmente es una bendición saber todo lo que Dios ha hecho por el ser humano. Concluimos diciendo que Dios ha amado en gran manera al ser humano. En 1 Corintios 15:45 dice: “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán, alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.” Esta es la invitación de Dios para todo ser humano: venir a Él para ser hombres y mujeres a la estatura de su Hijo Cristo Jesús.
¿Qué Es el Alma y Qué Es el Espíritu?
La palabra alma tiene tres significados dentro de las Sagradas Escrituras, los cuales es necesario comprender para no confundirnos con la palabra espíritu.
Alma: Persona o Ser Humano
En hebreo, la palabra alma se pronuncia "chayin". El primer término o significado de la palabra alma es "persona". En esta forma fue formado el primer hombre como un alma viviente. Cuando Dios puso aliento de vida en su nariz, el hombre fue un alma viviente (Génesis 2:7-8). La palabra alma, Dios la toma refiriéndose al hombre en sí, no a algo sobrenatural que esté dentro de él, como se demuestra en Génesis 46:15, 18, 22, 26-27 y Éxodo 1:5. Si ponemos atención, nos daremos cuenta de que en estos versos la palabra alma se define como persona. Esta es la razón por la cual todos los seres vivientes deben estar sujetos a Dios, pues el alma que peca (persona) muere, según Ezequiel 18:4-20.
Alma: Sangre, Vida
La segunda definición de la palabra alma es "sangre", pues la sangre es la vida del ser humano. Léase Deuteronomio 12:23, Génesis 9:4-6 y Levíticos 17:10-14 para corroborar esta definición. Estos versículos nos enseñan que en la sangre está la vida de toda persona.
Alma: Facultad, Sentido
La tercera definición de la palabra alma es el conjunto de facultades o sentidos del ser humano, según Génesis 27:4 y verso 25. En estos versos, habla del gusto que sentiría Isaac cuando su hijo Esaú le trajera el guisado que a él le gustaba. Cuando su hijo, en este caso Jacob, se acercó a su padre y le llevó el guiso, Isaac comió y bebió vino, disfrutando el gusto al probar el guiso. Estos sentidos son los que hacen que el cuerpo humano tenga acción, ya sea con tristeza o con dolor, según Mateo 26:37-38. Nótese que dice: “Mi alma está muy triste”, refiriéndose al dolor moral. En estos versos, Jesús expresa a Pedro y los dos hijos de Zebedeo lo triste y angustiado que se sentía ya que su muerte se acercaba. En Mateo 10:28, Jesús dijo: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” En este verso se nos da a entender que pueden matar nuestro ser, nuestra persona, pero no pueden matar nuestros sentimientos, ideales, etc. Dios sí puede acabar con el ser humano por completo, incluyendo sentimientos e ideales.
¿Qué Es Espíritu?
El término espíritu tiene varios significados en la Biblia, pero ahora nos enfocaremos nada más en el soplo de vida
Desde ya suplicamos no confundir este significado con el Espíritu Santo. Según el término hebreo, espíritu es "neshemet", que quiere decir "aire ordinario que nos alimenta por la nariz". Si recordamos, en Génesis 2:7, Dios después de hacer al hombre del polvo de la tierra se acercó a él y sopló aire, aliento, soplo de vida, y entonces fue el hombre un ser vivo, un alma viviente. Este aire también está en los animales, según nos dice Eclesiastés 3:19.
Por esta razón, a Dios se le llama “Dios de los espíritus de toda carne”, según Números 16:22 y 27:16. Este soplo o aire que respiramos está identificado como espíritu, según Génesis 7:21-22 y Salmos 104:29-30. Cuando la persona muere, lo exhala, es decir, lo saca de los pulmones, como se nos dice en Génesis 25:7-8. Quiere decir que el hombre en esta vida nada tiene de inmortal, pues aun el aire atmosférico es entregado a quien lo dio, según Eclesiastés 12:7. Qué triste realidad: somos seres mortales, somos polvo y vivimos por la misericordia de Dios. Esperamos, querido hermano y hermana, que hayan entendido lo referente al alma y el espíritu, componentes de un todo a lo cual Dios llamó ser vivo, persona. También, que comprendan lo que es espíritu, el otro componente del ser humano, el aire que respiramos, el soplo de vida, el espíritu de vida, que es lo mismo dicho en otras palabras. Al final nos damos cuenta de que somos polvo y regresamos al polvo de la tierra; nada traemos, nada nos llevamos. Desnudos salimos del vientre de nuestras madres y desnudos regresamos al corazón de la tierra, al sepulcro. Te invitamos a que lleves una esperanza de vida, reconociendo a Jesús, el Hijo de Dios, como tu único y suficiente Salvador.
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