“Y acabo Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposo el día séptimo de toda la obra que hizo.Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santifico, porque en el reposo de toda la obra que había hecho en la creación.” Génesis 2:2-3
Lectura Bíblica: Jeremías 17:19-27
Propósito: En esta lección estudiaremos la importancia de guardar el sábado como día de reposo, el cual fue establecido por Dios al momento de haber finalizado su maravillosa creación. Sabiendo que al hacerlo descansamos de nuestras obras, como también obedecemos al Eterno Dios.
Introducción: Los que hemos tenido la bendición de ser guardadores del sábado desde el momento que conocimos a Dios el Padre (el Creador) por medio de su Hijo Cristo Jesús, hemos comprendido que su gracia y misericordia nos alcanzó. Todos hemos experimentado la bendición que trae a nuestras vidas el hecho de obedecer a Dios en cuanto descansar en el día Séptimo (sábado). Siendo Dios el Creador nos dio ejemplo, siendo el quien descansa de toda su obra, lo santifica y ordena que toda su creación haga lo mismo que él hizo. Su Hijo Jesucristo también reposo el día sábado y entraba a las sinagogas y adoraba a su Padre Dios.
La importancia de la observancia del día Sábado como reposo realmente es grande; ya que cuando reposamos obedece- mos a Dios, y es aquí donde la observancia del sábado se vuelve importante, ya que Dios requiere de nosotros obediencia y Él se agrada cuando le obedecemos. El pueblo de Israel conocía los mandamientos ya que Dios se los había dado a conocer a sus antepasados antes de dar celos a Moisés en el monte Sinaí. Por eso cuando reciben los mandamientos escritos en dos tablas, Dios les escribe: “Acordarte has del día de reposo para santificarlo” Éxodo 20:8. El pueblo de Israel cumplió con este mandato según podemos leer en Éxodo 16:23-30.
El Séptimo día (Sábado) debe observarse como; sagrado y santo, es Dios quien ordena que debemos de observarlo de esa manera, según lo leímos en el verso de memoria. El profeta Isaías nos dice: “Si retrajeres del día de reposo tu pie de hacer tu voluntad en mi día santo y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras.” (Isaías 58:13) Este verso es bien claro al explicarnos que el día de reposo es santo y sagrado, ya que es el día que se nos fue dado para presentarnos delante de Dios el Creador, para darle honra y gloria. Pero debemos hacerlo voluntariamente, de todo corazón, no buscando hacer nuestra voluntad, ni hablando nuestras propias palabras, no haciendo lo que queremos, no andando en nuestros caminos, ni hablando palabras que expresen nuestra voluntad, sino que todo lo que hagamos en este día debe hacerse para Jehová nuestro Dios, (Yahwhe es su nombre).
Mucha gente cree que dio ordeno a Moisés en el Sinaí a reposar en el día sábado, pero la verdad bíblica es que lo había hecho mucho tiempo atrás. Génesis 2:2-3 es la prueba que tene- mos para demostrar que Dios reposo y ordenó a todo ser humano que reposará en el día séptimo (sábado). Jesús cuando estuvo en esta tierra también obedeció este mandamiento dice Lucas 4:16, “vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entro en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”. Léase también Lucas 13:10. El día de reposo (sábado) fue dado como memorial de la creación y es un día que debe usarse como descanso total, y adoración a Dios. No debemos trabajar, negociar, hacer nuestra voluntad, el mandamiento dice: “Seis días trabajaras y harás tu obra, más el Séptimo día será reposo para Jehová tu Dios: No hagas en el obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.” Éxodo 20:9-10.
Nosotros como miembros del cuerpo de Cristo, (iglesia de Dios) debemos de saber que guardar el día sábado como día de reposo esta aún vigente, Jesucristo dijo bien claro en Mateo 5:17-18 lo siguiente: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar; sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” Por eso: como Iglesia de Dios guardamos el día sábado en obediencia a Dios, porque en este día El Dios creador descanso de toda su obra que había hecho. Me pregunto: ¿Quién es el hombre para cambiar el mandato de Dios? y sé que la respuesta es: alguien que no tiene autoridad de hacerlo.
Dios por medio del profeta Isaías dijo lo siguiente: “Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.” Isaías 56:2. Este verso nos muestra que somos bienaventurados cuando guardamos el día de reposo para no profanarlo, cuando obedecemos a Dios, cuando venimos y en comunión los unos con los otros le damos honra y gloria al Dios Creador. Muchos creen que guardar el sábado es estar bajo la ley, pero gracias damos a Dios quien nos ha mostrado que debemos guardar sus mandamientos, y el reposar en el día Séptimo (sábado) es obedecer a Dios, los mandamientos de Dios son eternos, Dios no cambia es el mismo de ayer, hoy y siempre. En el evangelio de Marcos 2:27-28 Jesús dijo: “También les dijo: el día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre (Jesús) es Señor aun del día de reposo.” Deberíamos preguntarnos: Si Jesús siendo el Hijo de Dios descanso en el día sábado, ¿quiénes somos nosotros para no obedecer a Dios? y presen- tarnos delante de él en este día para darle honra y gloria.
No perdamos la bendición de Dios por no obedecerle en guardar sus mandamientos. Cuando descansamos de todas nuestras obras en el día sábado estamos obedeciendo a Dios, le damos honra y gloria por medio de nuestra alabanza, y en gratitud recibimos, bendición de lo alto. La invitación es para todos, para que juntos obedezcamos al Dios Todopoderoso. Al Dios que nos dio ejemplo, sometiéndose el primeramente a su mandato divino, seguido por su Hijo Jesucristo el cual también guardo y observó el día sábado como día de reposo. No pierdas la bendición de Dios, haz como hicieron los hermanos y hermanas de la iglesia en Antioquia del libro de los hechos, “Estos rogaban a Pablo y Bernabé, que se quedarán en la ciudad y que les siguie- ron enseñando más de Dios el siguiente día de reposo”. Hechos 13:42-44. Conclusión: Cuando obedecemos los mandamientos de Dios, Él se complace en derramar sus bendiciones sobre su pueblo y su nombre es santificado. Dios solamente nos pide que pongamos en práctica su palabra, no endureciendo nuestros corazones, ni nuestra servís, como resultado a ello recibimos sus promesas establecidas en su palabra. Pablo dice que sus promesas son fieles y verdaderas, solo obedezcámosle. Paz a vosotros.
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