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  • Foto del escritorIglesia de Dios En Elizabeth NJ

Oír, Y Hacer La Palabra De Dios

“Mas el que mira atentamente en la perfecta ley; la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” Santiago 1:25

Lectura Bíblica: Santiago 1:19-27

Propósito: Enseñar la importancia de oír la palabra de Dios con atención, para poder hacer tal como Dios lo ordena, ya que el oír y hacer la voluntad de Dios nos trae bendición y vida eterna.


Introducción: La epístola de Santiago tiene un contenido rico en sabiduría para la vida del creyente. Nos muestra que debemos hacer para que seamos aprobados ante Dios. Sus escritos son profundos, que nos animan a vivir una vida santificada y llena de obras. Esto es realmente el tema central de esta hermosa epístola. Que los creyentes hagan las cosas que se les ha mandado hacer, que tengan una fe viva y sean fervientes en el amor hacia Dios. Que confíen en el Único Dios verdadero, y si les falta sabiduría; que se la pidan o demanden a Él.

Es importante comprender que el “oír y hacer la palabra de Dios” es un llamado a toda la Iglesia y a todas las personas del mundo a que vengan y oigan lo que dice el Señor. Es como el anuncio que hizo Jeremías al decir: “¡tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová.” por naturaleza Dios nos ha dado dos oídos y el don de oír, luego la oportunidad de escuchar cosas magnificas que vienen desde Dios el Padre. Pablo escribió esto a los hermanos de Corinto en 1a Corintios 2:9 dice: “Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.” Por esta razón, Santiago urge al creyente a llevar a la práctica lo que escucha, lo que lee en la

Escritura, porque lo que en ella está escrito; es palabra del Dios eterno.

Es fácil leer o escuchar muchas predicaciones, lo difícil para muchas personas es llevar esa palabra en lo más profundo de su corazón para ponerlo por obra. Es fácil oír y hasta criticar la palabra o el mensajero, pero difícil de aplicar en todas las áreas de nuestras vidas, y vivir conforme a ella. Por otro lado, están los que están presente en cuerpo, pero la mente anda errante, si somos de estos dos grupos de personas, la Escritura nos dice: que nos estamos engañando, porque no practicamos la voluntad de Dios.

Mas el que mira atentamente la ley y la pone en práctica y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en lo que hace. Pues es la voluntad de Dios lo que hacemos cuando practicamos su palabra. El Todopoderoso quiere que su palabra cobre vida en nosotros, al decir: “...mi palabra no volverá a mi vacía, antes hará lo que Yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” Isaías 55:11. Es responsabilidad de cada uno de nosotros, tratar de que ese verso se cumpla en nuestras vidas. Jesús dijo: “antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y las guardan.” Lucas 11:28.


Aquí la palabra guardar es, practicarla en nuestras vidas, y al practicarla damos frutos, mostrando en nuestras vidas lo que hemos escuchado. (dicho en otras palabras obedecemos a Dios).En Jeremías 35 se registra una pequeña historia, el relato sobre los recabitas. Ellos demostraron fiel observancia al man- dato de Jonadab hijo de Recab, de no tomar vino. Ellos oyeron eso y la practicaron, y fueron tomados por Dios como ejempló de obediencia al mandato de su padre Jonadab. Nuestro Dios espera lo mismo de nosotros, quiere que cada día que pasa le busquemos más y practiquemos su santa palabra.


De otra manera nos seguimos engañando. Guardar su palabra es conocer a Dios según 1a Juan 2:3. Los hacedores de la ley serán justificados según lo dice Romanos 2:13. Los beneficios de ser hacedores de la pala- bra de Dios según Isaías 48:18 nos dice que: Nuestra paz seria como un rio, y nuestra justicia como las ondas de la mar, pero si hasta ahora no hacemos lo que no sabíamos, estamos peor que al principio. Pues escrito esta: “Y él que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Santiago 4:17. Conclusión: Dios se agrada de nosotros cuando su palabra cobra vida en nuestros corazones. No hay nada más satisfactorio para el ser humano que vivir caminando con Dios; solo atendamos a la santa palabra, vivamos conforme la voluntad de Dios y comprobaremos lo fiel, amoroso y misericordioso que es Dios. La obediencia, es la clave para hacer la voluntad de Jehová de los ejércitos. Paz a vosotros.

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