Verso de Memoria: “La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡Dame!. Tres cosas hay que no se sacian; aun la cuarta nunca dice: ¡basta!” Proverbios 30:15-16 (Reina-Valera Antigua)
Lectura Bíblica: Proverbios 30:15-16
Propósito: Analizar por qué estas cuatro cosas nunca se sacian. Luego, compararlas a nosotros, viendo si tenemos algo semejante; si lo hay, debemos enderezar nuestro vivir.
Desarrollo de la Lección:
Agur hijo de Jaqué, es quien escribe este proverbio, en él vemos el contraste entre la sabiduría y la necedad. En este contexto Agur dice: “La sanguijuela tiene dos hijas, que dicen ¡Dame! ¡Dame!”, agregando que hay tres cosas que no se saciarán, y cuatro que nunca tendrán suficiente: la tumba (Seol), la matriz estéril, la tierra seca que sigue absorbiendo agua y el fuego que jamás dice; ¡basta!.
En su referencia a la sanguijuela y sus dos hijas, el escritor condena la codicia. En particular, el escritor señala el tipo de persona “cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de los hombres” según Proverbios 30:14 (Reina-Valera Antigua). Esta persona parece no estar nunca satisfecha y es destructiva para quienes la rodean. Es como una sanguijuela, chupando la sangre de los demás.
La sanguijuela tiene dos hijas, siempre llorando, “Dame, dame”. Estas “hijas” son cosas que se asemejan a la sanguijuela en que nunca están satisfechas. Luego, el escritor enumera no solo dos, sino tres y hasta cuatro cosas insaciables con apetitos voraces:
- La sepultura nunca está satisfecha. La tumba continuamente está recibiendo a los seres que han muerto, y lo hará hasta que Jesús el Hijo de Dios acabe con ella, Apocalipsis 20:14 (Reina-Valera Antigua).
- La matriz estéril nunca está satisfecha. En la antigua cultura hebrea, las mujeres deseaban tener muchos hijos, y la Biblia registra varios casos de mujeres sin hijos que pedían un hijo con importunidad (léase Génesis 30:1 y 1 Samuel 1:1–10) (Reina-Valera Antigua).
- La tierra seca nunca se satisface. El suelo reseco, como el que se encuentra en el desierto, puede absorber grandes cantidades de agua sin inundarse. Y nunca se sacia.
- El fuego nunca se satisface. Un fuego quemará todo a su paso siempre que tenga oxígeno y algo que quemar. Un fuego fuera de control siempre está listo para devorar más y es difícil de extinguir.
Al invocar estas imágenes, Agur nos ayuda a comprender la certeza del camino de la codicia. Esta tiene gran apetito, no se sacia y causa destrucción. La sanguijuela tiene dos hijas, y ninguna está contenta, siempre gritan: ¡Dame, dame!. Para no caer en esta trampa de la avaricia, Agur le pide al Señor que no le dé pobreza ni riqueza (Proverbios 30:8). Ya que si le da riqueza podría negarlo; y en la pobreza, podría recurrir al robo (Proverbios 30:9). El escritor de proverbios reconoce que la Palabra de Dios es probada y confiable, y guardará a todo aquel que confía en Jehová (Proverbios 30:5). Agur entiende las consecuencias de la avaricia, y busca la ayuda de Dios para evitar caer en su trampa.
De manera similar, el apóstol Pablo advierte contra la avaricia: “Mortificad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: . . . malos deseos, y avaricia, que es idolatría”, según Colosenses 3:5 (Reina-Valera Antigua). Sorprendentemente, Pablo iguala la codicia con la idolatría. La codicia quiere lo que no debemos tener. En la codicia comenzamos a adorar el objeto de nuestro deseo, persiguiéndolo en lugar de buscar a Dios. La codicia es tan mala, de hecho, que Efesios 5:3 dice que la inmoralidad, la impureza y la codicia ni siquiera deben mencionarse entre los creyentes.
La avaricia debería estar tan alejada de nosotros, para que nadie nos asocie con la sanguijuela o las dos hijas de la sanguijuela. Nuestra exhortación es a cultivar el contentamiento con la piedad, lo cual es una gran ganancia, según 1 Timoteo 6:6 (Reina-Valera Antigua). Pablo aprendió a estar contento y evitar la codicia. En lugar de buscar lo que no tenía, entendió que todo lo podía en Cristo quien lo fortalecía, según Filipenses 4:13 (Reina-Valera Antigua).
Lamentablemente, todos estamos expuestos a la codicia y avaricia. Hoy hemos aprendido que Dios nos ha aconsejado a través de la palabra dicha por su siervo Agur. La sanguijuela y sus hijas nunca se sacian de chupar sangre, siempre dicen dame, dame más. La sepultura hasta el día de hoy está recibiendo a todos los muertos y seguirá recibiendo hasta el día que Jesús la destruya por siempre. La matriz estéril nunca está satisfecha, así es comparada toda persona que no está contenta con lo que es y con lo que tiene. La tierra seca nunca se satisface, aunque reciba grandes cantidades de agua no se sacia, siempre está dispuesta a recibir más y más. El fuego fuera de control quemará todo a su paso, así actuará todo aquel que es impulsado por la avaricia y la codicia.
Nota: Favor de agregar una cita bíblica a su respuesta.
Preguntas para estudio y enseñanza:
1. ¿Qué nos enseña la sanguijuela y sus hijas?
2. ¿Qué es lo que está condenando Agur en la lectura bíblica?
3. ¿Cuál es la relación que hay entre la sanguijuela, la sepultura, la matriz estéril, la tierra seca y el fuego?
4. ¿Condenó Jesús la avaricia y la codicia?
5. ¿Condenó Pablo la avaricia y la codicia?
Conclusión: Dios siempre quiere lo mejor para sus hijos e hijas, la codicia y la avaricia nos apartarán de Él. Si en verdad queremos heredar vida eterna, es necesario que hoy quitemos de nosotros estos dos grandes obstáculos. Neguémonos a nosotros mismos, así como Jesús lo hizo. Él se humilló y se despojó de sí mismo, por amor a toda la humanidad. Paz a vosotros.
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