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Obedientes a los Empleadores (Patrones)

Lección 06 | 08 06 2022 |

 

“Pues para esto fuisteis llamados;

porque también Cristo padeció por nosotros,

dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.” 1 Pedro 2:21

Lectura Bíblica: 1 Pedro 2:18-25

Propósito: En esta lección analizaremos lo relacionado con la obediencia a los patrones, empleadores, a personas que se caracterizan como jefes en un trabajo o en una compañía, y ver que de parte de Dios se nos pide los obedecerles, y no solamente a los amables y considerados, sino que también a los más difíciles de sobre llevar, porque esto es agradable a Dios.

Introducción: En la lección anterior hablábamos acerca de la obediencia a nuestras autoridades y gobernantes, y en esta lo haremos acerca de la obediencia hacia nuestros jefes, encargados o patrones, personas para quienes trabajamos en la vida cotidiana. Consideraremos que, la relación que podamos tener con las autoridades no sea tan frecuente, ya que esto dependerá de algunas ocasiones esporádicas. Sin embargo, al hablar de nuestro trabajo esto implica de una relación más cercana, donde tengamos que ver al patrón o al encargado todos los días, es aquí donde se necesita tener una buena relación laboral con ellos, no solo para pasarla bien sino, con el propósito de hacerlo como para el Señor. No por el salario que se recibe, sino como dando un servicio para el que nos han empleado.

Es muy probable que nos haya tocado vivir momentos difíciles con nuestros empleadores, y que los tengamos que resistir debido a la necesidad del empleo, pero como creyentes y siervos de Dios, tenemos que ser pacientes con ellos pues esto es lo que dice Pedro en el verso 18; “Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.” Al inicio de la Iglesia en el siglo primero, cuando se escribieron los Evangelios y las cartas paulinas, era común la esclavitud y muchos siglos antes también existía la esclavitud, es por eso; que en los libros del Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levíticos, Números Deuteronomio) se escribieron normas y cláusulas de protección a los esclavos, en ellas encontramos: que no debía de tomarse por esclavo más allá de siete años, y luego ser liberado. Es por eso, por lo que hoy podemos leer estos pasajes con estos términos o la palabra como: amos. En los Estados Unidos de Norte América se practicó la esclavitud por muchos años, siendo abrogada hace como ciento cincuenta años por el presidente Abraham Lincoln.

La palabra de Dios nos enseña a que debemos de ser obe- dientes a nuestros patrones, para no defraudar el cambio que El Señor ha hecho en nuestras vidas, hemos sido llamados para seguir el ejemplo de obediencia que Cristo nos dejara, y seguir sus pisadas. Pablo dice en Efesios 6:5-8, “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena volun- tad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ese recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.” Como podemos comprender todo esto, se puede decir que debe- mos servir con alegría y con sencillez, contentos por hacer lo que hacemos, sino estamos de acuerdo con el trabajo que tenemos busquemos otro, pero no es bueno delante de Dios renegar, o hablar del patrón desacreditándolo o diciendo cualquier tipo de inconformidad a espaldas de él. Si no nos parece dejemos el trabajo, o nos acomodamos, y lo hacemos con gusto como para el Señor y no como para los hombres. Como cristianos, no debemos estar trabajando con inconformidad, los no cristianos lo verán y estaremos dando mal testimonio, poniendo en duda la eficacia.

Es importante que como siervos de Dios tengamos una actitud digna de nuestra vocación, no tener en poco el testimonio que estemos dando delante de los hombres, siempre recordar que los ojos de las personas estarán puestos sobre nuestra forma de conducirnos, porque las personas inconversas, aunque no lo digan siempre están a la expectativa de nuestro comportamiento, ellos esperan de nosotros más de los que dicen, y un mal testi- monio es igual a defraudar al que dio su vida por nosotros. Esto recomienda Pablo a Tito en su carta según Tito 2:8-10, “Palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.” Como podemos ver cuáles son las razones de un buen comporta- miento delante de nuestros empleadores. Y no solo los empleadores sino también, nuestros compañeros de trabajo.

Hay algunas palabras que sería muy bueno abundar en ellas ya que su contenido puede ser muy significativo en el desem- peño de nuestra vocación, registradas en los versos anteriores, QUE SE SUJETEN A SUS AMOS, hacerles caso en lo que los manden hacer, como sea nos pagan por eso. QUE AGRADEN EN TODO. Hacer las cosas con gusto, con placer, que se vea que disfrutamos lo que hacemos, y lo más importante en este aspecto. NO Seamos RESPONDONES. Durante la experiencia de la vida, habremos conocido personas que no se pueden quedar calladas, que se consideran tener siempre el derecho de responder, y al hacerlo lo hacen sin guardar el debido respeto a las personas, porque piensan que son de las que dicen las cosas de frente, pero al hacerlo defraudan su vocación como siervos de Dios. El consejo de la palabra dice: Que no sean respondones, tal vez tengan la razón, pero no es el momento apropiado para responder, todo tiene su tiempo. Siempre tratemos de adornar la doctrina de Dios como dice el texto: “Demostrando seguir el ejemplo de Cristo nuestro redentor amado.¡Procuremos hermanos y hermanas dar siempre lo mejor de nosotros! Amen. Conclusión: Vallamos a casa plenamente convencidos, que el comportamiento que le agrada a Dios es: Cuando aprendemos hacer obedientes, especialmente cuando de poner en alto su nombre se trata. La palabra de Dios dice: que Él NO se complace tanto en los sacrificios y en las ofrendas, que como cuando se le obedece a sus palabras. Pongamos en alto el nombre de nuestro Dios, seamos obedientes y él nos exaltará a su tiempo. No permitamos que los gentiles pisoteen el nombre de Dios por culpa nuestra. Paz a vosotros.

 

Hermanos aqui les adjuntamos en documento PDF. la escuela que estamos estudiando este tercer trimestre del año 2022. Pueden descargarlo, y compartirlo con los hermanos que lo necesiten.


2022 3T adultos_trim03_Vfinal
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