Lección 03 | 07 16 2022 |
“Respondió Jesús: Desierto, de cierto te digo, que el que no naciere
de agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
Juan 3:5
Lectura Bíblica: 1ra. Pedro 1:23 al 2:1-3
Propósito: Comprender que hemos renacido por la voluntad de Dios en una simiente que no es corruptible, por medio de la palabra de Dios que vive y permanece para siempre, que cambia y transforma los corazones.
Introducción: Hoy la humanidad no da importancia a la vida y especialmente cuando se habla de la existencia de una vida eterna, donde no habrá ni llanto ni dolor ni clamor. Lamenta- blemente los seres humanos no tienen ningún interés, están tan conformes a esta vida, porque creen que es suficientemente buena y larga. La palabra de nuestro Dios hace una comparación del hombre con la hierba del campo, Isaías 40:6-8, dice: “Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.”
La palabra nos habla así en nuestra condición de nacidos de mujer, según Job 14:1,“El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores.” El apóstol Pedro nos está diciendo que hemos renacido de nuevo y de una simiente no corruptible, esto es no por intervención humana sino por la palabra de Dios.
Hace muchos años atrás cuando Jesucristo estuvo en esta tierra, recibió la visita de una persona muy importante quien incluso lo visito de noche y en la conversación Jesús le dijo: "que era necesario nacer de nuevo", esto fue algo que Nicodemo no podía comprender le pareció que era algo imposible pues él no podía entender como esto podía ser posible y Jesús le respondió: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3).
Entonces es indispensable Renacer, esto significa ser una nueva criatura tener un nuevo comienzo como lo dice el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Lo que es igual a un nuevo estilo de vida, donde las practicas antiguas no sucedan más, como diríamos borrón y cuenta nueva, así lo dice en Efesios 4:22-24, “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”
Pedro continúa diciendo que la palabra de Dios el Padre permanece perpetuamente. ¿Qué quiere decir Perpetuamente? Que nunca deja de ser, que es eterna, que permanece por gene- raciones, que es inamovible, y esta palabra continúa diciendo es el evangelio que se les ha sido anunciado. Como personas nos gustan muchas cosas que nos producen satisfacción, y es hasta posible que las lleguemos a amar olvidándonos que estas no son permanentes que duraran un poco de tiempo y sin embargo pueden consumirnos tanto, que no nos pudiera quedar tiempo para otra cosa. Pero al fin se terminan por que no son perma- nentes, y a lo que permanece no le dedicamos mucho tiempo, a veces nada de tiempo porque el afán de las cosas que nos parecen bonitas no nos lo permite, cosas que ofrece el mundo placeres riquezas, comodidades y cosas por el estilo.
Ahora que el Señor nos ha permitido renacer o nacer de nuevo tenemos el compromiso de cambiar nuestro estilo de vida, tomando como ejemplo el modelo que nos dejará nuestro Señor Jesucristo como también los apóstoles quienes siguieron sus pasos, renunciando a los bienes y placeres de este mundo y consagrando su vida para honra y alabanza de nuestro Dios, siguiendo el consejo del apóstol Juan quien en su primera carta nos escribe de la siguiente manera. 1ra. de Juan 2: 15-17, “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concu- piscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo. Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.”
Continuando con el mensaje del apóstol Pedro para una generación ya renacida el capítulo 2, versos uno en adelante, nos recomienda a dejar a un lado todas las cosas y costumbres que nos son contrarias para llevar una nueva vida ya redimidos. Tales como la malicia, la cual es una intención solapada y malig- na, que ya no debe encontrarse en nuestras vidas. Los engaños de cualquier índole, fingimientos o sea aparentar algo que en realidad no es. Y la envidia, cosa que es muy común entre el ser humano, podemos estar aun llevando con nosotros costumbres que pueden dañar nuestro nuevo estilo de vida.
La invitación es que contrario a todas estas cosas, todos somos llamados a desear como niños recién nacidos, la leche que sea pura, sin adulterar, sin malicia, sin engaño, y de esta forma crecer saludablemente en las cosas de nuestro Dios. Por lo tanto, hermanos y hermanas tenemos la dirección del Espíritu Santo que nos guía a través de este mundo y nos confronta conforme la palabra de Dios, para que podamos ser obedientes a Él y su Hijo Jesucristo. ¿Creen que podemos lograrlo? Conclusión: Dios nos ha hecho renacer de nuevo conforme a su voluntad y propósito, para que llevemos una vida apartada del mal. Estar fuera de este mundo significa: no practicar la maldad, estar fuera del mundo es someternos a Dios sobre todas las cosas. Para lograr esto Dios nos ha dado su Santo Espíritu, para que podamos ser guiados a toda verdad, y que cumplamos nuestro llamado a llevar el evangelio a toda criatura. Paz a vosotros.
Hermanos aqui les adjuntamos en documento PDF. la escuela que estamos estudiando este tercer trimestre del año 2022. Pueden descargarlo, y compartirlo con los hermanos que lo necesiten.
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